Ancianos, enfermos, discapacitados

Generalmente, en los países más pobres no existe ningún tipo de asistencia pública, y las personas más débiles y vulnerables a menudo se encuentran solas, sin apoyo y en condiciones desesperadas. No pueden comprar alimentos, ropa, medicinas ni pagar el alquiler de una habitación. La “adopción” de una persona anciana, enferma o discapacitada devuelve la dignidad humana, la esperanza y la tranquilidad a quienes no la tienen.