La ayuda llega, a través de la “adopción” a distancia de un monje, a varios monasterios tibetanos en Tíbet/China, India y Nepal.
Aquí se conservan las preciosas y antiguas tradiciones espirituales, culturales, artísticas y médicas del Tíbet; y aquí muchos niños encuentran la oportunidad de estudiar según su tradición.
Pero los monasterios son muy pobres: les falta dinero para asegurar alimentos suficientes, para comprar medicinas, ropa, zapatos, frazadas, colchones, libros.
Incluso los edificios, a menudo reconstruidos recientemente, son generalmente extremadamente precarios y los techos, paredes y ventanas requieren reparaciones constantes, también debido a los climas extremos de estas regiones.
Después del terremoto de 2015 en Nepal, los monasterios que apoyamos acogieron a numerosos niños que se quedaron sin familia (o cuyas familias, habiendo perdido sus hogares y posesiones, no pueden, al menos temporalmente, cuidar de ellos).
A través de la adopción de un monje, niño o adulto, se crea una hermosa relación humana y se ayuda al monasterio a sobrevivir.