Los monasterios tibetanos en el Tíbet, Nepal e India sobreviven con las donaciones que reciben: muchos aceptan como estudiantes a niños huérfanos o de familias pobres, así como a ancianos y discapacitados que no tienen apoyo.
La ayuda llega a varios monasterios y es necesaria para cubrir las necesidades básicas (alimentos, frazadas, medicinas, zapatos, colchones, muebles, utensilios de cocina, libros de texto, trabajos de reparación de los edificios) y contribuye a la preservación de una gran cultura.
Se puede contribuir adoptando a distancia a un monje, de cualquier edad, o dando una donación para los gastos generales del monasterio.